Según cifras del Ministerio del Medio Ambiente, el 58% de los residuos generados en los hogares de Chile corresponde a orgánicos (como restos de fruta y verdura) sin embargo, se aprovecha menos del 1%. Por eso, el Gobierno lanzó una estrategia para pasar de reciclar del 1% al 66% de ellos al 2040.
Sobre el cumplimiento de las metas y los actuales desafíos de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos, conversamos con el Coordinador del Programa Comuna Circular Sin Basura de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente, Pablo Fernandois.
- ¿Por qué es importante la valorización de los residuos orgánicos?
Actualmente la mayoría de los residuos orgánicos gestionados a nivel municipal, son recolectados, transportados y eliminados directamente en rellenos sanitarios, mezclados con el resto de los residuos generados a diario. Estos, al descomponerse en ausencia de oxígeno en el relleno, generan gas metano, un gas de efecto invernadero que contribuye de forma acelerada al cambio climático.
En cambio, al separar los residuos orgánicos en su origen, con el objetivo de reciclarlos en los hogares y/o barrios o para recolectarlos “limpios” y transportarlos a una instalación para su reciclaje, como se propone en la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO), pueden aprovecharse, ya sea para la producción de mejoradores de suelo o de energía. De esta forma, se recuperan los nutrientes, el agua y la energía que contienen y, de paso, evitamos liberar metano a la atmósfera.
- Las metas de la ENRO son ambiciosas ¿cómo esperan cumplirlas?
La crisis climática que hoy enfrentamos exige desafíos ambiciosos. En este sentido, se efectuó una reestructuración de la Oficina de Economía Circular para establecer una unidad a cargo de su implementación, así nació el Programa Comuna Circular Sin Basura, cuya función principal es coordinar la ejecución de esta política.
Paralelamente, la ENRO es un instrumento estratégico de política pública que entrega orientaciones no vinculantes respecto a cómo avanzar al 2040 en torno al manejo de los residuos orgánicos. Considerando lo anterior, nos parece importante avanzar hacia la obligatoriedad de algunas de las acciones contenidas en dicho instrumento, siempre teniendo en cuenta que estas son transformaciones que no ocurren de la noche a la mañana y, por lo tanto, la gradualidad es fundamental.
- La comunidad adquiere un rol protagónico para conseguir los desafíos de la ENRO. ¿Cómo involucrar su compromiso?
Para que la ciudadanía se involucre fuertemente es fundamental generar reglas e incentivos, visualizando la educación y la sensibilización ambiental como elementos centrales que deben acompañar una transformación de este tipo para alcanzar el nivel de participación requerido y de esta forma alcanzar las metas planteadas en la ENRO. No es menor el desafío, se requiere que la ciudadanía modifique su conducta y pase de entregar todos los residuos mezclados en la bolsa negra al camión recolector, a separarlos en su hogar y entregarlos en días y horarios diferenciados, o compostarlos en su misma casa, por lo mismo, el proceso será gradual y tomará un tiempo en ser asimilado para ser llevado a la práctica.
En este sentido, el trabajo desarrollado por el Programa Reciclo Orgánicos, fruto del Acuerdo de Cooperación ambiental que sostienen Chile y Canadá, sin duda ha contribuido a avanzar en esta línea, al considerar el desarrollo de proyectos municipales de compostaje en planta y a nivel domiciliario.
- La Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos apunta a reciclar el 30% de los residuos orgánicos municipales al 2030 ¿qué avances pueden compartir a la fecha y cuáles son los principales desafíos para este año?
Los principales avances alcanzados a la fecha, de la mano del Programa Reciclo Orgánicos, fueron:
1.- El desarrollo de proyectos de plantas de compostaje en varios municipios del país, con esto esperamos, por una parte, avanzar en el desarrollo de infraestructura para valorizar residuos orgánicos y, por otra parte, utilizar los proyectos para ajustarlos y replicarlos en otras comunas del país.
2.- En el marco del primer año de implementación de la ENRO, recibimos apoyo del Programa para implementación el Plan de Compostaje y Vermicompostaje Domiciliario, cuyo propósito es promover la implementación de ambas técnicas a escala domiciliaria y dejar capacidades instaladas en las comunas de Coquimbo, Los Andes, Peñalolén, Chillán, Pucón y Gorbea.
Para este año que recién comienza, uno de los desafíos más importantes será dar continuidad a los proyectos de plantas de compostaje desarrollados por el Programa Reciclo Orgánicos, hasta conseguir financiamiento para su construcción, y también replicar esta experiencia en otros territorios comunales.
- ¿Qué otros beneficios se vislumbran con la implementación de la ENRO?
En términos ambientales, se vislumbra una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, derivadas del transporte y la eliminación de residuos orgánicos en rellenos sanitarios. En términos de impacto social, cualquiera sea la alternativa de manejo de residuos orgánicos que los municipios implementen, vendrá acompañada del aumento de la concientización ciudadana a este respecto. Junto a lo anterior, pero relacionado al compostaje domiciliario y comunitario, el compost generado puede ser utilizado como insumo para la producción de alimentos (agricultura urbana), aumentando su impacto económico y social.